No necesito los espejos...
Ahora es cuando en mi alma hay paz, ahora es cuando en mi cuerpo hay paz, pues ya no necesito hacer una tregua, ya no necesito mirar atrás…Tu boca no me ciega, tu aliento no me quema ni tu mirada ya me turba.
Se lo he dejado todo al destino y el me ha dado la razón…
Hoy, absorta en la lejanía me reencuentro. Perturbada prolongaba las heridas sin percatarme que ya no estaban ahí, esperaba el verso que saliera de tus labios para humedecerme la piel, reconstruía vagamente tu imagen con los retazos que quedaban ya de mí.
Hoy… no necesito los espejos…!
No preciso que mis caras me pregunten que ha sido de ti. Ya no me encierro en mis hechizos para llegar hasta tu alma, esa alma que creía solo mía, esa que me hacia mirarte desde una estrella, una ventana o meterme entre tu cama.
Ya no me parto a voces proclamando tu ambrosía… tal vez lo comprendí y justo ahora quizás mi lengua se volvió al fin poderosa. Tuve que desgarrarme las entrañas cortando desde el fondo mis plegarias negras para ver mi luz… esa luz que sin desearlo ahora guía tus pasos.
Dejando ya tus huellas te arrastras hasta mi, te tomo de la mano y no me convierto en sal…he revocado el maleficio de tu nombre, y finalmente tras varias lunas que he llorado hasta la sangre, te doy la despedida…ahora estoy en paz…