jueves, mayo 05, 2005

Te respiro...

Te desdoblas ante mí en el afán de conservarme, te apoderas de mis sueños adentrándote en los nocturnos poros de mi piel.

Te respiro…

Me vuelvo inerte recordando tu calor, y en las amapolas de mis dedos te confundo en cada rostro que se posa frente a mí.

Tanto tiempo ha pasado ya desde que dejaste tu perfume impregnado en mi verbo, en mi carne…y aún así las lunas me recuerdan tu rocío.

Entonces, abro los ojos y me doy cuenta que tan sólo es mi estúpido miedo, a dejarte en el olvido…