miércoles, julio 13, 2005

El pecado de mi sed...


El viento te trajo hasta mi ventana e irremediablemente sacudiste las cortinas, arañaste mis anhelos y nublaste mi visión.

Hoy me desperté proclamando nuevos testamentos, rompiéndo los últimos pedazos que quedaban ya de ti. Pero parece que adivinaste mi blasfemia y te rehusas a perderte en el exilio de mi olvido.

Eres llama, eres carne, eres vino... y yo que tengo tanta
sed...

Entonces ven, sírveme una copa y miénteme diciendo que ya no tienes otra. Apaga las luces, recórreme toda y mastícame hasta la conciencia; porque el tenerte junto a mí me obliga abandonar los hechizos que te pronuncio a solas, cuando el alma me sabe a sal.

Ahora tu piel huele a
pecado...

No huyo, me detengo a contemplarte...y es que desde donde estoy, la luz te alumbra como arcángel rendido a mis pies...Tu piel ya no me importa, embelecida voy a tocarte las entrañas, a sacarte la carroña, porque no me percaté que te esperaba pútrida, vendada hasta la razón...

Elige...

Destierro los demonios que se aferran a mi barco, pues en este lago sólo cabe un alma que será la mía...pero si decides ser mi ancla, yo te devoro palmo a hueso para no dejarte ir.

Te quitaré la piel y me tejeré una manta, para así abrazarte cuando quiera tu calor.

Los perros no han parado de ladrar desde que grite tu nombre...no eres tú el que los provoca, ahora me doy cuenta; es la herida en mi costado, que no ha dejado de sangrar.

Me encuentro putrefacta, y si todos ya se han ido no fue mi decisión... me abandonaron en el óxido maltrecho de tu recuerdo. Me obligo a navegar, pero entre tantas cicatrices no encuentro la salida de este mar.

Descóseme los sentidos para no concebir tu melancolía retratada en mi interior...desgárrame mientras cantas susurrándome al oído, quémame, apuñalame, muérdeme... porque si no lo haces tú juro por tus dioses y los míos... que nos hundimos los dos.

martes, julio 12, 2005

Mejor llévatelo todo...

Dosifico el almibar de mis manos para no precipitarte, y en las comisuras de tu boca... Me declaro adicta a ti..!

Con tus brazos pierdo la cordura, rompo las raíces de mis árboles desérticos que señían mi garganta haciéndome escupir metáforas gastadas.

No me expliques porqué llegaste tarde, disculpate diciendo que sólo querías estar aquí. No me declares el amor, mejor hazme la guerra por todos los rincones, pon el punto y coma en mis palabras.

Acaba con la farsa de mi teatro, llévate las marionetas pues sólo danzan con tu voz...