domingo, abril 10, 2005

Mi oscuridad, tu luz...

Sé que estás a punto de buscarme, el extravío de mis letras intuye tu cercanía…Puedo sentir que hurgas en todos los rincones para encontrar mi alma, tus desvíos no son más que el estrépito de las noches tibias en que naufragas.

Buscas mi sombra, repites mi nombre y los recuerdos se te desbordan como cántaros sublimes.

El manto de la noche te cobija, al menos eso crees tu…pero en medio de tu inverno revives cual sonámbulo sintiendo el color de mi piel.

Imaginas clavándome tu daga en mí, pero yo no me derramo. Te calcinas en el sudor de tu lengua que me acaricia en tus augurios, mientras yo me mezo en las serpientes de Hécate hechizando tu fatiga.

Tu cuerpo se eriza, y en el ir y venir de tu reproche te derramas, con la mirada perdida entre mi pecho…. Pero no soy yo la que te siente pleno, no soy yo la que te da la bienvenida y te acumula en su caverna.

Yo soy la fruta que aún se madura, la que se niega a caer para que te la engullas toda… y te voy mandando mis desvaríos en señales, convertidos en códigos grabados en tu piel, esa que me pertenece, esa que me reconoce.

Sí...estas cediendo… intentas desistir, pero el hambre de mí te hace olvidar incluso tu cuerpo y tus latidos. En cambio yo, voy contando las fases en mi mutación… voy vagando con la ambrosia del deseo que antes era tuyo, con toda la oscuridad de mi verbo fermentado…

Entonces caminas hacia mí, para buscar una tregua de tu espíritu y el mío, para saciarte todo y de una vez entre mi cuerpo, en medio de la oscuridad... mi oscuridad que es tu luz…