sábado, noviembre 13, 2004

Mis labios en la sequía...


Vierto mi alma con la luz que me brinda la luna, cierro los ojos y descubro que hay en mi una luciérnaga que te canta la siguiente melodía...

Me gustaría adivinar tu pensamiento,
saber lo que estas haciendo.
Te tengo tan cerca que puedo observarte,
pero te tengo tan lejos que casi ni puedo hablarte.


Conocer tus más latentes anhelos,
y descubrir tus más íntimos secretos
Poder llegar a ser en tu vida, algo más que una espía
poder saciar mis labios en la sequía.

Tener toda tu atención en mí,
así como yo tengo todo mi corazón en ti.
Poder llenar ese hueco que tengo en mi alma
con esa mirada tuya, que aún no me dice nada…

Y en la rutina sumerjo mis latidos...



Y aquí estoy otra vez, intentando no pensar en todo lo que tu recuerdo me provoca...tratando de no describir ya las texturas, pero las palabras en mi vida son una adicción, ya sea para cosas superficiales o verbos que se hacen efímeros cuando se interrumpen con el murmullo del teclado. Si ya se, ya empecé a divagar, tal vez por el café que en estas horas no me deja nada bueno.


En la rutina sumerjo mis latidos, ahogando la necesidad de tener tu abrazo y tu silencio, capturando mis ideas a manera de fotografía.... los días corren en la llanura de tus ojos, pero yo no los sujeto.


Sencillamente voy enmudeciendo al convertirme en el frío del atardecer y sigues etéreo. Me voy moviendo en medio de un lenguaje que desconozco pero a la vez me resulta familiar…. Sí, agitas la marea de mis emociones como un eclipse y en la ausencia de mi ser, tu nombre me reclama la osadía.


... ¿Pero qué hacer?, si la mente busca una razón y el corazón un equilibrio...si gracias a la soledad me conozco...si las palabras no son más que un oscuro antifaz...si me inunda la sequía de tus labios y tu mirada no navega con la niña de mis ojos...


Después de tanto tiempo he construido mi propia utopía. Tiño todo de azul para que el insomnio no manipule mis sentidos, y me force a gritarle al viento para que te lleve en sus entrañas mis secretos.